jueves, 24 de julio de 2008

Si lo eres, que se note

Dice mi amor complementario que estoy obsesionado con la disforia de género. No creo que esté obsesionado, es sólo un tema que me llama la atención. Me pregunta si estoy pensando en una transformación. No. También me apasiona la literatura eslava y no estoy preparando los papeles para nacionalizarme como ruso.

El caso es que un personaje de Tu otra mitad tiene una disforia de género. Es decir, que su sexo cerebral no se corresponde con su género fisionómico. Es una putada porque no hay más que un camino: la operación. Pero hasta llegar a ella se precisa una serie de estudios psíquicos para comprobar que la persona en cuestión está seguro de su decisión. También es una putada para los que rodean a esa persona porque no es algo fácil de comprender.

Ese personaje me trajo más de un quebradero de cabeza a efectos editoriales. El señor que pone la pasta (editor lo llaman) no estaba de acuerdo con la aparición de este elemento, y me instó a que cambiara su progresión dentro de la novela. Según sus palabras, un transexual no tiene nada que ver con un gay, son dos cosas diferentes. Y yo estoy totalmente de acuerdo, porque no puede ser lo mismo un hombre al que le gustan los hombres, que una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre al que le gustan los hombres. Creo que es algo de cajón, y que no hay discusión posible. Pero eso no explica que haya que desterrarlo de una obra literaria, ¿no? En la novela también aparece una esteticista heterosexual con muy mala leche, que tampoco tiene nada que ver con un gay, y sin embargo no se cuestionó en ningún momento su permanencia en el argumento.

Al margen de esta batalla contractual, el hecho es que también me preguntó por qué trataba el tema, si me tocaba personalmente. Le dije que sí, que tenía ya cita para ponerme una 110 de pecho, que ya que estoy me voy a colocar unas buenas tetas, que no se diga. Creo que me pilló la ironía, aunque no estoy seguro. Digo lo mismo: hay muchas cosas por las que siento un gran interés y que no me afectan directamente. El ser humano es así, curioso por naturaleza, y cualquier intento por explicarlo es una pérdida de tiempo.

El caso es que, manteniendo viva esa obsesión que según todo el mundo tengo por la cuestión, el otro día sofocamos el calor de una tarde de canícula con el aire acondicionado a toda mecha y la película Transamérica. Para quien no sepa de qué va, es la historia de una transexual que espera con impaciencia la última operación para ser una mujer completa (en sus propias palabras, se trata de "meter el pene hacia dentro", algo muy visual que resulta algo molesto si no se hace en un quirófano). La interpreta Felicity Huffman, es decir, Lynette Scavo para los que somos fanáticos de Mujeres Desesperadas. Curiosamente, el personaje se llama Bree, como la Van De Kamp (ahora Hodge), y en algunos momentos de la peli tiene arrebatos propios de la pelirroja, la verdad. En plan perfeccionista y súper divina, quiero decir.

A escasos días de la Operación Vagina, descubre que tiene un hijo de 17 años, ya se sabe, una aventura adolescente ("lésbica", claro, según ella) que acabó con un retoño que es más guapo que un San Luis (lo interpreta Kevin Zegers, y sólo por él merece ver la peli). El jovencito es adicto a las drogas, se prostituye con viejunos y tiene un cacao mental en la cabeza bastante considerable. Lo tiene todo, el pobre. La trans no quiere saber nada de él, pero su terapeuta la empuja a enfrentarse a su pasado para encarrilar con fuerza el futuro. Total, que se conocen, ella no le dice a él que es su madre/padre, y la peli se convierte en una road movie muy interesante. No contaré más porque no quiero destripar el final, si hay alguien que no la haya visto.

A pesar de lo exagerada que está Huffman en algunas escenas, creo que es una muy buena interpretación. Es un papel muy difícil, y aunque partes con prejuicios con respecto a la actriz (eso de conocer algún otro trabajo suyo le resta verosimilitud), terminas creyéndote que es una mujer que alguna vez tuvo el cuerpo de un hombre. Sobre todo en la genial escena de la meada, que mi amor complementario y yo tuvimos que ver tres veces para dar crédito.

Me resultó muy interesante que la trans rechace su adscripción a un colectivo determinado por ser trans. Ahí sí me sentí algo identificado, porque me pasa algo similar con la visibilidad gay. Ella se siente mujer, "es una mujer", y no comulga con los movimientos de reivindicación porque ya está suficientemente comprometida con la sociedad al haberse transformado en lo que siempre fue de una manera natural y sin hacerse notar. Es decir, cree en eso de normalizar su situación a través de la naturalidad, y no a través de grandes acciones de presión. Piensa como yo en ese sentido. Eso le granjea dificultades, claro, porque no va por ahí con la etiqueta de "transexual", y cuando alguien se entera de su origen, se siente engañado. También me sentí identificado en eso.

Lo que queda claro es que uno no puede ir por el mundo dando a los demás lo que quieren de él. Quiero decir que estamos acostumbrados a ser lo que debemos ser para que no haya malos entendidos, para que todo esté claro en esta sociedad, basada en el primer vistazo. Si yo soy gay, se me tiene que notar desde el primer segundo, porque si no estoy disimulando, estoy actuando, estoy mintiendo. Si soy transexual, tengo que presentarme como "transexual". Si soy borracho, tengo que ir con una botella de alcohol en la mano. Si me gusta el sado, voy de cuero. Si soy activo, marco paquete. Si pasivo, me enfundo un culobrá. Qué aburrimiento, ¿no?

Si hay algo interesante en el ser humano es la capacidad de conocer a la gente poco a poco, sin la necesidad de presentar un currículum follae al primero que se cruza en el camino para ver si merece la pena o no. Quizás mi forma de entender las relaciones personales sea muy romántica, incluso se puede tachar de pérdida de tiempo. Y tal vez sea así.

Por cierto, yo sigo diciendo que la película merece la pena aunque sólo sea por ver a Kevin Zegers haciendo de niño mimado. Mimado y mamado, en ambos sentidos.




37 comentarios:

Thiago dijo...

CAri, has tardado en hacer otro post pero es fantástico... Y no es por hacerte la pelota ahora que nustra relación se deteriora por llamarme dogmático, jajaja.

El caso es que no puedes tener más razón desde mi punto de vista, y si la tienes hay que dártela. Yo tampoco entiendo esa manía de ir cantando a los cuatro vientos la condición de cada uno y haciéndolo notar. Cada uno es como es y lo que tenga que salir saldrá cuando uno quiera.

Bien es verdad, que llevando tu razonamiento al extremo, creo que todos los gays "tenemos algo de una mujuer en nuestro cuerpo" Solo que como en cualquier enfermedad o en cualquier situación sicologica (usar enfermedad quizás es equivocado) hay grados. La mayoría convivimos medianamente bien con la mujer que llevamos dentro. Otros no aguantan esa tensión, esa situación, y caen en es patología que has llamado... cómo? (tengo que ir a mirarlo)"Disforia" La verda es que no lo había oído nunca.

Lo que me alucina es que un editor se meta en la condición sexual....¡de tus personajes! Es tremendo, no? Joder, yo pensaba que uno escribía lo que le daba la gana y luego podía gustar o no al editor, pero no hasta el punto de decirte que quites un personaje.

Sobre tu manera de imaginar las relaciones humanas realmente llevas las de perder, por la obsesión de la gente a poner etiquetas, pero yo estoy de acuerdo contigo, así creo que lo ser gay es algo que forma parte de la personalidad de cada uno y que solo hace falta "comunicarla" cuando y como quieres y a quien quieres, sin que eso sea resultado de ninguna presión o soberbia. Pero supongo que algún día todo eso nos parecerá normal. En cualquier caso, mira, que cada uno vaya por ahí como quiera, discreto o publicándolo a los cuatro vientos... ¡es su libertad!

Y desde luego tienes razón en otra cosa: el niño está como para comerselo, jajaja.

¿Estás muy ocupado hoy, intelectualizando...? Supongo que ayer me despachaste del MSN para escribir el post, no? mamarraxo jajaaj

Bezos

Martini dijo...

Vere la peli a ver que tal....

;)

Peritoni dijo...

Jo, te he leído por encima porque contabas algo del libro y de la peli y prefiero leer-ver las dos cosas sin saber mucho de qué va.
Respecto a la reflexión que haces al final de no ir mostrándose por ahí con etiquetas, estoy de acuerdo. Pero si tú fueras trans y no se te notara y empezaras a salir con un chico y vieras que puede haber algo...¿qué harías?, yo, a parte de morirme, no lo sé, supongo que desaparecería y desde la distancia intentaría contarle lo que pasa, no sé, debo ser cobarde.

Meg dijo...

Aún recuerdo que mi primer trabajo en la carrera de Derecho fue sobre los problemas legales del transexualismo. El profesor nos dio bibliografía sobre las primeras operaciones realizadas en los países nórdicos en los años '50 (del s. XX) y yo alucinaba comparándolo con la situación de la época en España.

Me ayudó mucho a comprender mejor la problemática psicológica que arrastran los transexuales y el hecho de que haya un solución médica y otra legal, sinceramente, me alegra.

Lo que no entiendo es la postura de tu editor.

Peter dijo...

Chulo!
Para que luego digas que no te quiero... Tú torrándote en la pisci y yo aquí satisfaciendo tus fervorosos deseos de contar con un comentario mío.

Veo que en este afán tuyo por ser como yo, hasta los gustos cinematográficos me copias. Yo he visto un par de veces la peli y me fascina la forma en que se aborda la relación entre los dos personajes, aunque no comparto tu empatía (ni sexual ni personal) por el personaje de Toby. Yo soy más fan de la madre de Bree, que es un poco el prototipo de señora enjoyada y desquiciada que todos queremos ser cuando seamos mayores.
No hace falta que te pregunte si crees que Felicity debería haberse llevado el Oscar y no la petarda de la Witherspoon, porque seguro que estás de acuerdo conmigo.

Con respecto a la construcción de los personajes de tu última novela, lamento decirte que aún no puedo comentar nada porque sigo esperando que alguien me regale el ejemplar que me prometíó, dedicatoria incluida...

Nos vemos entre cañas!

Un besazo.

.. dijo...

Me gustó mucho la actuación de la protagonista cuando vi la película (es un papel que lo borda, a mi juicio); no así la trama del guión, que me pareció que cojeaba un poco.
Temáticas parecidas en cine que me gustaron mucho más: Desayuno en Plutón, y Hedwig and the Angry Inch,

.. dijo...

PD: ¿Un editor puede meterse en la definición de los personajes de una novela? Mamma mía....

Peibols dijo...

Me encanta como lo has contado.

La peli genial y sí, ella aparece pelín encasillada y desesperada pero luego se hace tope creible.
Y él... pues yummy!

Ala eso sí.
Respecto a no decir de primer momento lo que eres, me parece correcto.

Siempre y cuando no se presuponga la heterosexualidad.
Afortunadamente, tengo algo de pluma, que hace que no se me presuponga hetero.
Pero m parece de muy mala educación que la gente no se preocupe, a veces, en conocerte, sino que directamente te tachen de hetera.

Yo creo que lo chachi (y por chachi entiéndase utópico) sería que no presupusieramos nada.

Y olé.

Anónimo dijo...

Veré la peli aunque es un tema que ya me parece un tanto sobreexpuesto, no me refiero al personaje trans en sí sino que el argumento tenga su base en el hecho del cambio de genitales, lo he visto en cine, en el diario de patricia, en el diario de Mercedes Milá, etc... Con respecto a etiquetarnos, muchas veces parte de nosotros mismos el hecho de identificarnos con ciertas actitudes y así nos ahorramos dar eplicaciones a la gente.
Lo que si me parece lamentable es la situación de las lesbianas en cuanto a su visibilidad en nuestra sociedad que es tan machista que le resulta insoportablemente molesto que dos mujeres sean capaces de darse placer sin que ningún órgano viril esté de por medio.
Si quieres ser honesto contigo y con tu novela, cambia de editor. También puedes recurrir a encubrir ciertos temas "molestos" disfrazándolos como se hacía en el cine de los años 40 y 50 con temas como el incesto, homosexualidad, prostitución...que pasaban por miles de filtros antes de ser proyectada y aún así lograban expresar lo que querían burlando lo "correcto".
Saludetes

Stultifer dijo...

¿De qué forma puedo manifestar o dar visibilidad a mi condición de cuñado?

Hisae dijo...

Yo me voy a operar los jueves... Me van fatal. Yo nací para que no hubiera jueves en mi vida, y el tenerlos me está trastornando...

Buen post.
Besos.

Vulcano Lover dijo...

tienes mucha razón, la película no es de las que te quedan grabadas, ni es redonda, pero nos empuja a muchas reflexiones que son muy interesantes.
Siempre he huído de etiquetas, aunque entiendo que muchos las usen porque en el fondo te hacen la vida más fácil.
Pero yo parto de que cada persona es diferente y única. Yo hace ya mucho tiempo que decidí que quería buscar quién era, y que quería hacerlo a través de los demás. Siempre he sido etiquetado (de tantas cosas, que se me olvidan ya) y la verdad que no siempre me han resbalado estas cosas.
Yo abogo porque cada uno sea como es, y que lo practique. Y que el que se quiera etiquetar que se etiquete. Los que no me gustan son los que van etiquetando a los demás públicamente. Uno también tiene el derecho a hacerse o no visible en lo que quiera y en lo que no. Lo que no me gusta es la falta de sinceridad, el que no hace o no es porque no se atreve, porque quiere tener una ventaja, por lo que sea. La sinceridad con uno mismo es siempre el valor que más aprecio de las personas... Luego está que somos humanos y nunca podemos ser del todo coherentes, pero en fin, ahí está lo interesante de la vida también, no?

en fin, me alegro de poder volver a zambullirme en este sitio, me sienta siempre muy bien.

hm dijo...

Estoy de acuerdo contigo en lo de que uno no tiene que ir por ahí con la etiqueta de gay o de lo que sea.

Pero que apunta Peibols, es cierto. Salvo que tengas algo de pluma, automáticamente se adjudica la etiqueta de hetero; pero todo el mundo... si una vez quedé con una amigas mías en un bar de lesbianas y el portero no me quería dejar entrar porque decía que era un hetero que iba para ver a tías liándose... me tuvo un cuarto de hora discutiendo hasta que salieron mis amigas.

En cuanto a la película, me gustó mucho y creo que ella hace un papel muy bueno... en cuanto al Kevin Zegers me parece fatal que salga... es tan difícil concentrase en la trama con el pululando por ahí.

Tomás Ortiz dijo...

thiago, yo creo que tanto gays como heteros tienen una mujer dentro, lo que sucede es que a los gays se nos nota más, simplemente. Y sí, estuve escribiendo el post, un artista necesita tiempo para pulir sus obras de arte! No como otros... ;)

mat-ini, pon atención para no perderte la escena de la meada.

peritoni, si fuese trans y me echara un novio, esperaría unos días para ver si la cosa cuaja. Y después quizás también recurriría a la distancia para contárselo, yo también soy cobarde. Pero no le diría en la primera cita: soy trans.

meg, sí, ahora hay cierta correlación entre los aspectos legales y médicos, pero hace unos años mujerones de infarto llevaban el DNI de un tío con bigote que se llamaba Antonio.

peter, claro que soy fan de la madre, es genuina. Y tiene las típicas reacciones que uno le presupone siempre a ese tipo de madres. Con respecto al Oscar, estamos de acuerdo, claro. Y sobre lo del libro no diré nada porque tendría que insultarte y no es plan...

caulfield, tengo Desayuno en Plutón en la reserva, en cuanto pueda la veré, y ya contaré si me pareció mejor, pero esta no me desencantó, aunque reconozco que tampoco es un peliculón. El editor no puede meterse en eso si tú no quieres, pero por intentarlo... Suerte que yo ya soy perro viejo en estas lides.

Tomás Ortiz dijo...

peibols, sí, lo chachi sería no presuponer nada. Lo de las etiquetas es un medio de ahorrar tiempo en esta sociedad en la que todo va tan rápido. Pero digo yo: para una cosa que podemos tomarnos con tranquilidad, que es conocer a alguien, vamos a desaprovechar la oportunidad?

peibols, estoy totalmente de acuerdo con respecto a las lesbianas. Ha habido muchos avances, pero siguen siendo la oveja negra del colectivo. Y si te soy sincero, para ser honesto conmigo mismo lo que debería hacer es dejar de escribir, directamente.

stultifer, bórrate de cuñado, no merece la pena...

mario, ya que entras en quirófano, no seas tonto y hazte algo, para aprovechar la anestesia, que está muy cara.

vulcano lover, has dado en el clavo. Uno tiene que ser consciente de lo que es y olvidarse de las etiquetas de los demás. Eso no quita que de vez en cuando haya que parar los pies a los que van de Etiquetadores Oficiales, porque no hacen bien en ser representantes de la Visibilidad Total.

hm, vaya, tu historia sobre el bar de lesbianas me ha hecho pensar en que yo también he vivido algo similar. Pero ése yo creo que es otro problema: el del gueto. Los gays sólo en bares gays, las lesbis, sólo en lesbis, los churreros sólo en bares para churreros...

Stultifer dijo...

Los gays sólo en bares gays, las lesbis, sólo en lesbis, los churreros sólo en bares para churreros...

Eso. Y los cuñados al bar de los cuñados.

Anónimo dijo...

La película es brutal, además la actriz hace un trabajo interpretativo de doble salto mortal, lo sencillo sería haber buscado un hombre, pero ella hace de hombre que es mujer, no se, a mí me impresionó mucho lo bien resuelto que está.
Respecto a la "ubicación" de cada uno con su grupo de referencia, creo que a algunos les servirá para reafirmarse y sentirse integrado, pero depende de la persona. Mi amigo I dice que si la alternativa que tiene si sale del armario es colgarse una boa morada, o encajarse en los clichés homosexuales, se queda dentro que hace calorcito y está la mar de tranquilo. Y le creo.
Gracias por el post.

coxis dijo...

Vamos por partes:
yo vi la peli y me gustó bastante, no para tirar cohetes pero Felicity hace una Bree absolutamente entrañable...
En cuanto a las etiquetas... Pufff, qué complicado! Todo el mundo quiere (¿queremos?) etiquetarte, a mí lo primero que me preguntan mis alumnos -masculinos mayoritariamente- el primer o segundo día de clase es de qué equipo de fútbol soy o qué modelo de coche tengo, y si les digo mi sincera opinión, es decir, que el fútbol me importa tres pepinos y que no tengo carnet de conducir, ya me estarían etiquetando... Así que prefiero decir que soy del Barcelona y que vengo andando porque es más sano. Y es que cuando uno es adolescente (y puede que en la madurez también) no hay término medio, quieren meterte en algún saco...

Espero no haberme ido por Ubeda's Hills...

hm dijo...

No sabía que había bares de churreros XDXD.

Tomás Ortiz dijo...

stultifer, no hay que obsesionarse, eso es bueno...

telericatarta, estoy totalmente de acuerdo con tu amigo. Yo a veces bromeo con el tema con los amigos y digo: "¿Dónde puede uno borrarse?" Evidentemente, uno está muy orgulloso de lo que es y cómo lo lleva, pero a veces es cierto que te apetece desaparecer y que no te relacionen con ciertos especímenes. Que tienen todo el derecho a existir, pero que no tienen nada que ver conmigo.

coxis, tu postura es la normal, no te estás etiquetando, sino que te estás defendiendo de forma lógica para evitar una situación peor. Pero no llegas a clase y dices: "Soy del Barça y vengo andando". Ésa es la diferencia: la obligación que parece haber ahora de definirse incluso antes de que nos conozcan.

hm, pues deberías visitarlos, son muy divertidos. Eso sí, ve con la camiseta de tirantes llena de churretones pq si no creerán que eres de otro gremio y no te dejarán entrar.

Anónimo dijo...

Personalmente creo que la plícula es bastante buena y "la desesperada" está genial.

Por cierto cuando puedas pasame la lista e lo 2300 libros..jeje!

salu2!

Javier Herce dijo...

Tienes toda la razón. Si no se cuestiona el personaje heterosexual, ¿por qué hacerlo con el transexual? No le veo sentido.

BIRA dijo...

Hay gente que no entiende nada, y da igual si se lo explicas de una forma, de otra, o de mil. Siguen a cuadros.

Es lógico que nos llamen la atención y piquen terriblemente nuestra curiosidad cosas que no nos conocemos, y que nos pueden ser totalmente ajenas. Somos humanos y, en consecuencia, marujos y curiosos por naturaleza.

En cuanto al tema de la disforia esa... te diré que me parece una cosa terrible. OJO, entiéndaseme, terrible lo que tienen que pasar estas personas, primero para comprender el porqué de todas sus angustias, después para intentar explicarle a su familia, a su entorno lo que le sucede. Y esto no es siempre fácil de comprender, más bien al contrario... y un largo etcétera que no sé si terminará con la operación.

Hace un tiempo vi un reportaje acerca del tema y de verdad el día a día tiene que ser durísimo. Allí se veía por ejemplo a una mujer (espectacular por cierto) pero cuyo DNI decía que no era ella, sino él: el alquilar una película, hacerse socio de cualquier sitio: bibliotecas, piscinas, etc, etc... era una odisea. Y es que una cosa es que tengas que explicar "tus" cosas a la familia y amigos, o a quien te de la gana, y otra bien distinta tener que explicárselo por sistema a cualquier persona con la que tengas que tratar. Pocas cosas debe haber más duras.

Tu post, fantástico, como siempre!

Tomás Ortiz dijo...

diegodelmar, ya te he dicho que para conseguir esa lista hay que pujar, vale un potosí y no se la doy a cualquiera...

javier herce, el ser humano siempre cuestiona a los demás, debe ser algo natural. El problema está cuando cuestionar al prójimo se convierte en una manera de atacar. A veces deberíamos ser más animales (que no prejuzgan) y menos humanos.

bira, creo que hemos visto el mismo documental, porque a mí también me dejó alucinado que una mujer con una imagen indiscutible tuviera que pasar la vergüenza de explicar a gente desconocida que antes era un hombre genitalmente hablando, sólo porque si no lo explica sería imposible hacerle el carnet de una biblioteca, por ejemplo. Porque explicar tu realidad a quien quieres es algo inteligente, incluso sano, pero ir contándole tu vida (sobre todo esa vida tan complicada) a quien no tiene ningún lazo de unión contigo...

Eco dijo...

Acabo de leerte por primera vez, y me has encantado. Estoy de acuerdo contigo. Es más, una vez me presentaron a un chico que me saludó así: "Hola, soy Miguel, soy gay ¿y tú?" Me quedé ojiplática y contesté: "Hola, yo soy Ana y las hamburguesas me las como sólo con carne y ketchup". Claro, puestos a decir cosas sobre nosotros, no se me ocurrió otro dato más interesante.

No sé, me pareció un poco... como imponiéndose, como dando por hecho que yo era homófoba o algo así. Yo también creo que la mejor manera de hacer que algo sea natural (porque lo es) es haciéndolo con naturalidad. Aunque es cierto que en otras épocas, sin la reibindicación no se hubiera llegado a ningún lado, pero hoy en día... No creo que haga falta que todos llevemos un cartel colgado que ponga nuesta orientación sexual, nuestro estado civil y nuestra inclinación política, digo yo, vamos.

En fin, que me enrollo.

Mucho besos.

3'14 dijo...

Afganistán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Mauritania, Nigeria, Sudan y Yemen aplican la pena de muerte contra los homosexuales. Ochenta y cinco países persiguen la homosexualidad. La condenan con cárcel, flagelación, internamiento en psiquiátricos o campos de trabajo.

Cualquiera es el valiente que va presentándose por ahí como gay...

Luego están esos otros paises, como en el que vivo, que ni condenan ni (supuestamente) persiguen los gustos/tendencia/inclinación sexual de sus ciudadanos. Vamos, que dentro de estos paises, depende del grado de educación y cultura de la población para vivir más o menos tranquilo, se te note o no. Elijas llevar por bandera tu sexualidad o reservarla para tu intimidad, que a fin de cuentas, no es otra cuestión que un derecho y una opción personal (no serlo, si no proclamarlo a los cuatro vientos). No una obligación y tampoco entiendo yo que un orgullo. Vamos, como mujer heterosexual, no me siento más orgullosa por gustarme los hombres como si lo que me gustase fuesen las mujeres.
Sin embargo, y pese a que no acabo de congeniar con la idea que muchos tienen con las manifestaciones del día del orgullo gay, (lo del festival de carrozas conviertiendo a un colectivo en un circo de feria, por ejemplo), lo respeto, porque ante todo creo en la libertad individual y grupal de manifestarse y reivindicar su identidad, sus derechos (fíjate tú que hacía falta conseguir el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo para que los radicales de derechas (y otros a los que se les nota el progresismo pese a no serlo), tomasen conciencia que también pueden ejercer su derecho a manifestarse, véase foros de la familia (aunque incompleto y desleal me parece acuñar por unos un término que engloba más formas distintas de familia de la que ellos entienden, pero bueno...) etc...

Me extiendo y no acabo de apuntar mi comentario hacía donde quiero llegar, lo siento. Lo que quería decir es que me alegra vivir en un lugar en el que cada cual puede expresar su opinión y ejercer sus derechos (sin descriminación alguna, cosa que habría que revisar a efectos reales en cuanto a lo de la distinción de raza, religión o/y sexo, y por encima de todo: El estatus económico) Pero en el que la burocracía impera por encima de ciertos derechos, y ya puedes haber conseguido tu trans(forma)sexualidad a lo que eres que, si en tu DNI sigue poniendo Antonio cuando eres una mujer de los pies a la cabeza, ya puedes intentar vivir con normalidad tu género desde la anormalidad administrativa...
Y por último resaltar que, Egoista es el que se sentiría engañado por que su pareja no le hubiera contado que antes de conocerse todavía arrastraba el sexo contrario con el que le tocó nacer, egoista por no tenerla suficiente sensibilidad y empatía por no tener en cuenta la parte proporcional de la vida de su pareja que perdió y sufrió viendo como se le arruinó vivirla con la misma naturalidad de la que otros niños/niñas disfrutaban. Uno es en parte la suma de sus experiencias, y el cómo hemos llegado a ser quienes somos no tenemos porqué mostrarlo cual libro abierto, quien merezca o le interese conocerlo ya lo sabrá en su debido momento, que no es otro que el que cada cual elige para explicar, o no.

Tomás Ortiz dijo...

aspirante, gracias por tu visita y por tus palabras. La anécdota que cuentas es el pan de cada día en el ambiente gay. Presentarse con indicaciones más o menos explícitas sobre tu sexualidad y tendencia es la norma. A mí siempre me ha sorprendido la facilidad con que dos personas que no se conocen de nada se confiensan sus tendencias sexuales (no sólo inclinaciones, sino hábitos y "vicios") a los cinco minutos de entablar una charla.

3,14, estaba deseando que comentaras, porque sé de tu amplio conocimiento sobre la discriminación internacional de estas personas (y muchas otras). Tienes toda la razón: en países "liberales" como el nuestro depende del estatus social en el que te muevas para que una inclinación sexual determinada sea válida o rechazada por los que te rodean. La libertad de decir lo que uno es está ahí, y también la libertad de ocultarlo y que no por ello se presuponga nada. Pero hay casos, como éste que apuntas, en el que no existe esa libertad, y que por lo tanto genera una violación del derecho a la intimidad: una mujer debe explicar ante un administrativo por qué en su DNI aparece el nombre de Antonio y una foto de un señor que parece su hermano, pero no ella.
Efectivamente, la persona que rechace o cuestione a su pareja por descubrir que antes de conocerse no era lo que ahora es no merece el cariño de su compañero. Creo que el compromiso tiene mucho que ver con ponerse en la piel del otro, y si esa situación le molesta es porque aún no sabe ponerse en el lugar de los demás.

Thiago dijo...

Cari que paxa? Que después de estar el puente surfeando ya he vuelto por aquí.... Muchas grcias por tus madrugadores comentarios en mis post programados, espero que no se notara mucho que los dejé preparados...

Claro, se habrá notado en que no contestaba a vuestros comentarios, pero entre estar contestando en el blog o surfeando con rubitos peliteñidos o tirándome al cuida-piscinas del hotel, pues la cosa no ofrece dudas, jajaja

Bezos

Anónimo dijo...

Dónde estás?
Te echo de menos.
Ayer me acordé de ti mientras desayunaba un dry martini para combatir la crisis existencial con la que me desperté.
Pensé en llamarte, pero supuse que estarías ocupado atendiendo obligaciones maritales o con resaca familiar después de lo del sábado.
Hoy ya estoy mejor de lo mío...

Vuelve pronto!
Un beso.

peibol dijo...

Cada vez me gusta más esta joyita que tienes por blog.

El otro día a mí también me dejó atrapado un reportaje que dieron en cuatro sobre este tema, por lo original que suponía enfocarlo desde la más temprana infancia. Creo que hay poco que pueda añadir a la entrada que no se haya dicho ya.

Un saludo.

Por cierto, y esto no tiene nada que ver con nada...en unos días me voy a Madrid; si quisieras dejarme un comentario en el que recomendarme un par de sitios interesantes o bonitos por los que pasarme, no me importaría en absoluto jejeje ;)

Anónimo dijo...

la transexualidad tiene que ser un tema muy jodido de llevar psicológicamente.
yo no sé si sería todo lo fuerte que se tiene que ser...

Tomás Ortiz dijo...

thiago, ten cuidado con los cuida-piscinas, que están todo el día con los pies en remojo y puedes coger unos hongos... Y en ningún momento le entorpezcas la visión de la piscina, no sea que se ahogue alguien y tengas cargo de conciencia de por vida...

peter, no se vale decir ahora "pensé en llamarte", cuando ya no tiene remedio. Tampoco decir "supuse que", las cosas no se suponen, se preguntan. Muy mal, chico, muy mal. Eso se merece un par de azotes, que te daré a su debido tiempo. Lo que sí me parece bien es que ahogues tus penas en alcohol, siempre ha funcionado.

peibol, no sé a qué te refieres con sitios "interesantes y bonitos", ahora voy a tu blog y te pregunto. Uf, qué cosas más complicadas planteas...

gatchan82, creo que esta gente nunca se plantea si es fuerte o débil ante su realidad. Porque lo complicado no es tomar la decisión de operarse; lo difícil sería vivir siempre con la sensación de que no se ha tomado la decisión correcta.

BIRA dijo...

Tomás, corazón!, que me voy de vacacionesssss. Saludaré desde el cielo madrileño a mis queridos amigos blogueros (qué dramática me pongo, por dior).

Pues nada, que apenas hemos tenido tiempo de intercambiarnos algunos comentarios, pero también te echaré de menos, os voy a echar de menos a todos. El Costillo ya se anda riendo de mí, diciendo que soy una histérica y una dramática de la vida, pero bueno, es lo que hay. Soy así y a estas alturas no voy a cambiar.

Nos vemos a la vuelta!
Besoss!

Sebastian dijo...

Me quedé con muchas ganas de que siguieras contando qué pasó entre tu editor y tú, pero me imagino que el personaje se quedó PORQUE se quedó!

QUIERO LEER TU LIBRO, y hacía mucho tiempo que nada me inspiraba a leer uno!

Ex Ou Ex Ou!

Tomás Ortiz dijo...

bira, aquí seguiremos cuando vuelvas, buscando el lado más hermoso de la realidad...

sebastian, evidentemente el personaje no se cambió pq si así hubiera sido, no sería mi novela y no aparecería bajo mi nombre.

Capri c'est fini dijo...

Hummm difícil tema, así que te voy a comentar sobre Transmérica. No me gustó, la Huffman estaba sobreactuadísima y no hay Dios que se trague que es transexual. Con lo fácil que hubiera sido pillar a un actor para ese papel. En cualquier caso la visión de Transamérica no me parece nada trasgresora, porque al final es el mismo rollo de siempre en las películas yankis: ella es buenísima, como la madre Teresa de Calculta y el hijo es malo, pero de buen corazón y al final todo son parabienes porque el viaje en carretera los ha cambiado. Que quieres que te diga... un poco visto. Todavía no ha hecho la versión definitiva sobre el drama que supone la transexualidad. Un saludo.

henrxy dijo...

A mi me gusto mucho la pelicula ,de tema dificil pero con un guion lo suficientemente fino.