martes, 3 de abril de 2007

Al menos es una sonrisa

Miras a tu alrededor y sólo ves cosas que te recuerdan lo frágil que eres. Sólo él se convierte en mi protector, en mi coraza, en el colchón que necesito para no romperme como un plato contra el suelo. Él es muy fuerte y muy sabio, y conoce todos los mecanismos para que nada traspase estas paredes y me haga daño.

Pero ahora el colchón se ha desinflado, y el plato se ha roto. Él se ha convertido en otra cosa, el protector se ha olvidado de sus armas defensivas. El ángel de la guarda se ha dejado las alas en casa. Me siento desnudo, indefenso, solo ante los peligros de la vida. Miserable. Huérfano.

Doy un paso al frente. Es un paso desesperado, desgarrador, funesto. Es el paso que da el condenado a muerte cuando le invitan a que tome su lugar en el cadalso. Pero no sé si podré dar más pasos. No sé si habrá más pasos, si hay algo que me empuje a seguir caminando. Soy un plato roto que después de hacerse añicos ha avanzado un poquito y se ha parado.

Quizás sea por la inercia. Quizás sea que el colchón no se ha desinflado del todo, que aún tiene algo de aire dentro. Quizás sea que el protector guardaba alguna defensa improvisada en la manga. Quizás sea que al ángel de la guarda le están creciendo otras alitas sobre las heridas aún abiertas que han dejado las antiguas, ahora destruidas.

No lo sé. Sólo sé que estoy desnudo pero vestido; indefenso pero protegido; solo pero acompañado... Huérfano con padre y madre. Una pequeña luz de esperanza, un atisbo de confianza, una mota de posibilidad se ha posado en mi mano, temblorosa y desgastada. La acuno entre mis brazos, lloro por ella, descubro la importancia de las cosas pequeñas. Y después sonrío.

Con lágrimas en los ojos, con una amargura desmedida y un sentimiento de angustia que me oprime el pecho y me ahoga, pero sonrío. Con una debilidad rayana en el desfallecimiento, con un terror que es desequilibrante, pero sonrío.

Y soy consciente de que no hay ni una sombra de felicidad en esa sonrisa, pero al menos es una sonrisa.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Glups!! espero que estés fuerte een estos momentos.

NaT dijo...

Qué tristísimo ha sonado.
Y que malo es ser un plato roto ¿no?
Espero que estos días libres al menos sigas manteniendo una sombra de sonrisa, eso es mejor que nada.

Un beso muy fuerte

Vulcano Lover dijo...

Metamorfosis. La vida nos obliga a la transformación. A veces, llegan esos momentos en los que parece que la perfección existe, y querríamos preservarlo, construir esa coraza, que ese alguien nos fabrique el colchon para que nada destruya eso. Y sin ambargo, nada permanece, todo cambia... Y la fragilidad nos tiene que enseñar el valor de la esperanza y del sueño, y lo breve de la felicidad como plenitud, y la necesidad de vivirlo con intensidad cada vez que se cruza en nuestro camino... metamorfoséate y parte de nuevo en búsca de nuevas paredes y formas de abrigo, en búsqueda de nuevos sueños de perfección, de intensidad y esperanza... Ya sabes, amigo, be water...
Un abrazo muy fuerte. A los platos rotos en pedacitos pequeños ya sólo les puede pasar que se recompongan, no se pueden romper más, eso es lo bueno del asunto... Y luego, piensa siempre que, como dice nuestro amigo Jorge, la tristeza se va, se va... se fue.

Marujita Robinson dijo...

Preciosas palabras niño, un abrazo marujeril

mc clellan dijo...

La vida es un muelle que hemos estirado y está lleno de ondas altas y bajas. Y lo bueno de estar abajo es que lo único que puede pasar es que subas.

Anónimo dijo...

Tienes lo mejor que se puede tener...INTELIGENCIA, SENSIBILIDAD y CAPACIDAD DE REACCIÓN...

Seguro que saldrás adelante y recuerda que lo que no nos destruye nos hace más fuertes...

No dejes de sonreir y sobre todo no dejes de pensar...

Mucho ánimo!!!

Besos mil.

Anónimo dijo...

Tanto tiempo sin saber de ti y ahora esto tan desolador...

Bosco dijo...

Los platos rotos, lo bueno que tienen es que se con un poco de esfuerzo se pueden pegar.
Con un poco de ilusión añadida, se pueden fundir y crear de nuevo.
Y con esfuerzo e ilusión se pueden no solo fundir y crear de nuevo, sino pintar de colores y transformar en algo más que un plato

Anónimo dijo...

Madre mía, llego tarde y mal :( No sé si es peor la entrada en sí misma o el tiempo que ha pasado después de ella. Oye, que ya sabes donde estamos, eh? Un beso grande.

LOLA GRACIA dijo...

Hay que aprender a vivir sin muletas y el primer paso suele ser un "al mal tiempo buena cara". Seguro que lo consigues.