
Me parece de una factura sobresaliente. Esa sencillez calculada al milímetro, que es mucho más compleja que el barroquismo de ciertas otras series, me subyuga. No es fácil que un decorado, y más tan lejano como pueda parecer una funeraria familiar, se convierta en algo tan personal, tan cercano, tan sencillo como cualquier hogar reconocible por esos pequeños detalles. Se redondea con unos guiones excelentes, construidos sobre la base de algo tan fundamental como los problemas de comunicación: la serie, y yo creo que en realidad toda nuestra sociedad, se puede explicar a partir del problema de la falta de comunicación entre nosotros. La matriarca, que interpreta Frances Conroy (Globo de Oro en 2004 por su papel en esta serie), es estupenda, sin menospreciar al resto del reparto, no hay nadie que cojee, algo que también es muy difícil de encontrar. Yo digo que nadie podría dar vida a la voluble Ruth como ella.
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En El parecido, todo son conjeturas: tras la violenta muerte en un accidente de tráfico del hermosísimo Jaime, toda la gente que lo rodeaba sin de verdad conocerlo se pregunta quién era el muchacho, cuál era su objetivo en la vida, qué esperaba de los demás. Y la respuesta es que nunca se conoce lo suficiente a nadie, aunque se compartan los momentos más íntimos. Las habladurías construyen realidades alternativas cuando la verdad se desconoce, y lo que podría ser un prejuicio se convierte en una acusación. Y las acusaciones son incómodas, y vivir incómodo a veces no es vivir.
Os dejo, que acabo de poner otro capítulo...
Se puede ver la serie completa en www.seriesyonkis.com