jueves, 18 de diciembre de 2008

Novelas gemelas

Yo ya no tenía esperanzas, pero el editor me llamó hace unas semanas con la noticia: "Se presenta la novela". Qué novela, pensé yo, así, sin signos de interrogación, porque no es una pregunta, es casi una exclamación pero sin serlo tampoco; es más bien una sorpresa que arranca sin mucha ilusión, la verdad, porque cuando las cosas no se hacen cuando se deben, dejan de ser ilusionantes. "Tu otra mitad", me respondió, y no sé si en ese momento creyó que me había vuelto loco o que quizás había cambiado de móvil y estaba hablando con un perfecto desconocido.

El caso es que me propuso una presentación conjunta. Malo, pensé, con la misma poca ilusión con la que empecé a pensar antes. "La idea es presentar en una primera parte la novela de Pablo Castro, Hollywood life; y en la segunda parte presentar la tuya. Y que ambos presentéis la novela del otro, al alimón o alanaranja, como queráis". Malo malo, volví a pensar.


Pero ahí no acababa la cosa. "Apunta el correo de Pablo Castro y hablas con ella". ¿Cómo que "con ella"? Esto ya no fue pensado con desilusión, sino con cierta rechufla: mi novela habla, en parte, de un chico que descubre que en realidad es una chica a la mitad de la trama, con los jaleos que conlleva eso, sobre todo con su novio, que ha tardado en aceptar su homosexualidad y, cuando lo hace, se epata al pensar que en realidad nunca fue gay, siempre estuvo enamorado de una chica, pero con el cuerpo equivocado. "Sí, es Nuria, que escribe bajo seudónimo". Malo malo malísimo, repensé, dispuesto a colgar el auricular en el transcurso de los siguientes dos segundos. Sin embargo, por esa educación que no sé de dónde aprendí, seguí al teléfono, y al final la cosa cuajó.

Cuajó de tal modo que al recibir Hollywood life en mi casa, lo empecé a leer. Y no me enganchó nada. Pero cuando llevaba leídas unas 15 o 20 páginas, sentí algo. Una vibración interior, una pulsión inesperada, como si me hubieran pinchado de repente con una aguja hipodérmica y me hubieran inyectado de golpe una buena dosis de adrenalina. Los personajes de la novela son primos hermanos, por no decir hermanos directamente, de los protagonistas de Tu otra mitad. Dicen, hacen, piensan lo que a veces dicen, hacen y piensan mis criaturas. Incluso algunas escenas me gustaron tanto que creí que las había escrito yo.

Pensé que últimamente paso demasiadas horas solo y que eso me está trastornando de manera preocupante. Así que llamé a Pablo Castro, metamorfoseado en una mujer, y le conté muy superficialmente lo que estaba sintiendo. Pero ella se desnudó totalmente y se mostró eufórica ante las similitudes de ambas novelas. Así que me desaté y yo también le dije que estaba alucinando. Hablamos, sobre todo, de las casualidades, del destino (de nuestros destinos, pero también del azar que es común a nuestros libros), y del buen ojo del editor para hacernos coincidir. Y también estuvimos de acuerdo en que no solemos leer novelas publicadas por Odisea, y que ambos seríamos desconocidos para el otro si no fuera por este agradable encuentro.

Lo demás, la presentación, el vernos en persona, la simpática presencia de Carla Antonelli en el acto, los amigos y familiares que no se perdieron el evento, pertenece al mundo social, y cualquiera que estuviera allí puede contarlo, sin duda mejor y más objetivamente que yo. Pero lo que nadie más puede contar es esa comunión casi mística que Nuria y yo sentimos al leer en libro ajeno lo que cada uno pretende narrar.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Holganza en el Parador de León



Después de una semana de ajetreo infernal, mi amor complementario y yo hicimos un viaje relámpago (y no lo digo por los rayos y truenos que nos cayeron por el camino) a León, más para descansar que para otra cosa, porque hemos visitado la ciudad antes en un par de ocasiones. Nos alojamos en el Hostal San Marcos (monasterio-hospital del siglo XVI), de la red Paradores, y lo hicimos por nuestra cara bonita porque llevábamos acumulados un saco de puntos por nuestras estancias anteriores en otros establecimientos de la red.

Yo estuve hace unos diez años, y no recordaba la magnificencia de sus salones, la comodidad y calidez de sus habitaciones, el lujo de los objetos que sirven de decoración y, sobre todo, la suntuosidad de un edificio monumental, joya del plateresco, que destaca por su fachada y su gran claustro, donde la piedra cobra una protagonismo especial.

De los detalles de nuestra estancia no daré cuenta, sólo diré que comimos en el restaurante del Parador y que nos encantó un menú especial del 80 aniversario, en el que picas un poco de cada plato. A veces en estos sitios uno echa de menos algo así, ya que no te puedes permitir el lujo de ir cada semana para probar un menú diferente.

No es que me interese especialmente contaros mi fin de semana en León, sólo quería dejar constancia de mi sorpresa y, sobre todo estupor, al darme cuenta de lo que de verdad significa tapear. En León te pides un mosto y te sirven un plato combinado (casi). Con tres mostos, has comido. Y a un euro el mosto, echad la cuenta. Nos quedamos ojipláticos al comprobar que en esas ciudades es más fácil sobrellevar la crisis, sobre todo si eres un proyecto de sibarita, como nosotros, o te gusta salir de vez en cuando.

Y como a mi amor complementario y a mí nos encanta el cuento de la lechera, ya estamos pensando en irnos para allá y montar un bar de tapas, como si fuéramos Los Serrano, pero con ademanes más comedidos...

martes, 9 de diciembre de 2008

Presentación de "Tu otra mitad"

"Él se llama Jorge. Su alma gemela, Rafa, pero cuando esta historia comienza, está a punto de descubrir que en realidad quiere ser Judith".

Aprovechando el buen tiempo y que estamos a principios de mes (y la gente ya ha cobrado, pero se ha gastado la paga de Navidad en los regalos), este jueves se presenta mi novela Tu otra mitad. Para quien desconozca de qué va, les remito a un resumen más o menos preciso:

"Él se llama Jorge. Su otra mitad, Rafa. Jorge es un rudo mecánico de taller, un hombre sencillo y humilde, que busca su lugar en el mundo. Rafa es un estudiante de, veterinaria, un chaval extremadamente bello, engreído y sumiso que pisotea a todos en su camino. Son el día y la noche, caracteres contrapuestos y personalidades enfrentadas. Sin embargo, una serie de casualidades pondrá a uno en brazos del otro. Ambos descubrirán que, por debajo de sus pieles, tan dispares, se esconde un cúmulo de sentimientos que acabará por unir irrevocablemente sus destinos. Pero, ¿quién dice que amar sea fácil? ¿Quién puede estar seguro de los sentimientos del otro?"

Quien haya leído la frase que abre este post, que aparece en la página 19 del libro, sabrá cuáles son esas dificultades con las que deben luchar. Lo demás puedes descubrirlo en la novela.

Pero me gustaría que quien no se ha leído el libro y se sienta mínimamente interesado por la historia, dedique diez minutos de su tiempo a leer el primer capítulo. Puede hacerlo pinchando aquí, y quizás le invite a leer la novela completa; o quizás le convenza de que es una completa estupidez. En cualquier caso, le ayudará a decidirse.

La cita es este jueves, 11 de diciembre, en el Lola Bar, en la calle Reina, 25 (metro Gran Vía) a las 19.30 horas. Espero la presencia de Carla Antonelli, que ha aceptado amablemente compartir mesa conmigo durante el acto. Por cierto, en la primera parte de la presentación, charlaré con el autor (escribe bajo seudónimo) de Hollywood life, publicada también por Odisea Editorial.

Presentación de Tu otra mitad
Jueves 11 de diciembre, 19,30 horas.
Lola Bar, calle Reina, 25 (metro Gran Vía).

Lee el primer capítulo de la novela pinchando aquí.

Disponible ya en: